¡El tren no puede frenar!

Este 2018 fue un año de mucho aprendizaje y crecimiento en todos los sentidos, y la responsabilidad social empresarial no fue la excepción, de manera que puedo concluir con 3 cosas: Ya no somos nuevos, el tren no puede ni debe frenarse y necesitamos más carboneros.

Ya no somos nuevos. Sin duda estos 3 años nos han dejado mucho aprendizaje, relaciones, conocimiento, experiencias buenas y malas (de todas hay que aprender), nos han abierto los ojos y nos han abierto sobre todo puertas que no teníamos ni siquiera idea de que existían.

La RSE no es diferente a cualquier empresa o proyecto de vida, en el sentido de que debes estar atento todo el tiempo a las condiciones del entorno. Por tanto, debes de estar en constante cambio y mutación, para garantizar que tanto internamente como en la relación con los externos sigas bien alineado al fin último, que es impactar de manera correcta todo nuestro entorno personal y profesional. De igual forma, las decisiones buenas generan alegrías y una sensación de éxito, pero las decisiones incorrectas generan frustración y ponen en peligro inclusive la existencia de un proyecto. Es por esto, que el gran reto y la gran responsabilidad de NO ser nuevos, es tomar las decisiones correctas, sumar personas que aporten y relaciones que nos hagan mejores. 

¡El tren no puede frenar! Todo el trabajo de estos 3 años ha generado una sinergia positiva para las actividades de responsabilidad social de la empresa, por lo que tenemos que estar conscientes de que la única manera de que todas las personas que han dedicado tiempo y esfuerzo a apoyar la RSE se sigan sintiendo orgullosas, es que cada vez tengamos mejores y más grandes resultados. Es decir, olvidémonos de no frenar, la única opción es acelerar. Sabemos que llevamos el rumbo correcto, hacia adentro de la empresa y hacia afuera el sentimiento de que lo estamos haciendo bien es total: por lo que debemos aprovechar este sentimiento de logro compartido y acelerar a fondo.

Por último, necesitamos más carboneros en este tren. En todo el grupo ALBA, sin duda tenemos un gran reto: actualmente veo que ESR ha generado la plataforma para que todos los colaboradores que traen ganas de impactar su entorno tengan los mecanismos y programas para hacerlo, pero no podemos quedarnos ahí, debemos de buscar la manera de contagiar a los que no traen esas ganas. Tenemos que concientizar a todos en la empresa que la responsabilidad social empresarial para nosotros no es algo opcional, sino una completa responsabilidad hacia México y hacia nuestros hermanos mexicanos. Hay que romper desde ALBA la tendencia del individualismo. Los que aquí colaboramos corremos el riesgo de que nuestro bienestar nos tenga tranquilos, no podemos estar tranquilos mientras sepamos que hay mucho por hacer por alguien más y en general por la comunidad.

Por otro lado, se nos termina la etapa de apadrinamiento con Fundación Expo Guadalajara y con la Universidad Panamericana Campus Guadalajara, ¡GRACIAS!
Estoy seguro que lejos de distanciarnos, nos motivará a seguir aprovechando este gran trabajo en equipo, para seguirnos apoyando y compartiendo éxitos y fracasos, de forma que al cabo de un tiempo logremos que los 3 estemos mejor. Lo bonito es que en ese camino lograremos seguramente que haya más empresas contagiadas.

Es crucial agradecer al equipazo que este 2018 hizo posible este proyecto.
¡Con cada aleteo de nuestras alas, pequeño, individual, constante, seguiremos sin duda generando un fuerte viento!

Federico Alba es Director General y asociado de Alba Proyecto Estructural, ingeniero civil y administrador por la UP Campus Guadalajara y Maestro en Ingeniería por la UNAM.