Las oportunidades y corazonadas de la vida

El crecimiento personal para mí empezó aquí en ALBA; hasta el día de hoy agradezco la corazonada que tuve de hacer todo lo que estuvo en mis manos para mejorar y ser mejor persona, aunque todo este proceso fue iniciar desde cero y aprender crecer desde las dificultades.

 Para entrar en contexto, mi historia comienza con una de las metas que siempre he tenido en mente, independizarme, llevar mis propios gastos y los de mis papás. Sabía que para llegar a ello tenía que trabajar el doble, pero sabía que un día lo haría.

Mi travesía inicia dentro de las adversidades, lamentablemente una de ellas fue darme de baja en la escuela, que en su momento fue una derrota, pero a pesar de ello quería seguir estudiando y no conformarme con las situaciones, no detenerme solo. Si quería seguir estudiando tenía que seguir trabajando.

Fue así que inicié con uno de mis primeros trabajos, un trabajo simple: diseño e impresión en 2D, cortes en placa, etc., adoraba mi trabajo, me mantenía realizando actividades manuales y me encantaba, pero en la cuestión personal siempre fue una situación complicada, me sentía limitado en todo sentido: para trabajar, para socializar, no sentía que realizara un trabajo humano, más de alguno de los comentarios dentro de la oficina incluían charlas despectivas como “mira al monitor”, “no te muevas de ahí”, “así se trabaja aquí”.

Dentro del ambiente laboral seguía enfocándome en mi meta, pero aún seguía en mí el hecho latente de seguir estudiando, así que un día decidí hablar con mi jefe de área. Le propuse la idea de estudiar inglés… no solo esperaba que me dieran las facilidad de seguir estudiando si no que recompensaría el horario perdido saliendo más tarde entre semana, terminar mi día sin pendientes y así para el día sábado tenerlo libre, no le pedí dinero, no le pedí nada más, solo le pedí la posibilidad de seguir estudiando… su respuesta fue una simple oración: “No, ¿sabes qué?, no estamos en tiempo de hacer esas cosas”, me cerraron la puerta y me dijeron que no.

Al inicio, como nos pasa a todos los que no podemos estar sin hacer nada, frustra el que te digan que no se puede ser flexible a la hora de crecer, así que no lo pensé más, tomé mi instinto al cambio, y renuncié.

 En mi mente solo pensaba en que lo sentía, pero tenía que avanzar “no me puedo quedar, no puedo crecer, no quiero estancarme en una empresa que no me llene”.

Empecé a buscar otras oportunidades, fueron muchas entrevistas de trabajo, ofertas buenas, pero sin que contaran mi capacidad. Ofertas malas que me dejarían en el mismo hoyo de antes. Pero entre todas esas puertas, da la casualidad que ALBA solicitaba dibujantes, Recursos Humanos habló conmigo por teléfono y agendamos la primera cita.

Juan José Pérez dentro de las oficinas de ALBA

 Al llegar al edificio y verlo por fuera me pregunté un montón de cosas “¿sí será aquí?”, ¿si será real la oferta? ¿qué tal si me equivoco en el examen?, así surgieron varias preguntas y al mismo tiempo en mi mente estaba pasando dos cosas: negación y la corazonada: “es que no, es mucho edificio para ti”, “es un lugar muy bien posicionado”, “no creo que te contraten”.

También estaba el otro lado de la moneda “Pero, ¿y si sí es la oportunidad que busco?”  “¿Qué puedo perder?”, “Lo peor que puede pasar es que te digan que no, no hay nada que perder. Llega, haz lo que puedas y deja lo mejor de ti”.

Estaba muy nervioso y seguía cuestionándome cada una de las cosas que podrían pasar, “es que por qué desgastarse”, ”no te lo mereces”, “ve a lo seguro, ahí estarás bien”, así que llegando al 4to piso del edificio, todo empezó: tenía que realizar un examen, los nervios me querían dominar, pero me focalicé en dar lo mejor de mí; el caso es que me convencí tanto en mi mente que el examen lo terminé en 20 min miré el reloj y eran las 3:40,  me dieron las gracias sin decirme nada más… sientes lo peor, sin saber que sigue.

Pasaron los días y ya había dado por perdida esa oportunidad, pero me hablaron, me dijeron que había pasado el examen y ahora seguía la entrevista presencial, seguía jugando entre mi corazonada y la parte negativa que decía que era un NO. Es un sentimiento donde no sabes que puede suceder. Pero en esta ocasión fue un sí.

Cerré un ciclo. Viajé a mi ciudad natal un par de días para despejar mi mente y regresando ingresé a ALBA. Dejé que transcurrieran los días a pesar de que mi familia estaba adversa: “no vueles demasiado alto porque puedes caer”, sé que mi familia lo decía por ayudar, pero me enfoqué en los comentarios positivos y que me ayudaran. Tenía que avanzar con ese sentimiento de seguir e iniciar una nueva etapa de mi vida.

Seguían pasando los días, incluso parecía un sueño, desde las actividades de ESR hasta las actividades recreativas. Jamás las había visto en otra empresa, “¿es enserio todo esto?”. Me lo he cuestionado más de una vez, pero desde ese punto inició un cambio en mí, y no solo en el aspecto profesional.

Empecé a cambiar mi rutina de vida, cuidar de mí, hacer ejercicio, cuidarme por medio de ALBA Fitness, disfrutar cada uno de los días aprendiendo.

Una de las cosas que más han destacado en mi forma de trabajar ha sido el aprendizaje que he tenido de saber cómo trabajar en equipo, ha cambiado drásticamente <<< somos un equipo, hay demasiados filtros, si un error no lo vi, lo viste tú, y si no, hay soluciones entre todos, aquí somos todos juntos >>>.

Una de las grandes oportunidades que me hicieron crecer fue el periodo de prueba. Primeramente tuve mis 2 meses de prueba en el equipo SWAT, al terminar este periodo salió una vacante en el equipo HR-2 y Daniel Guzmán, líder del equipo de modelado, de forma inesperada me hizo el comentario que para esta vacante nueva me propuso a mí, <<< te solicitamos a ti porque eres comprometido,  tienes estas cualidades que nosotros como equipo nos conviene, se lo plantearé a dirección y esperemos lo mejor>>>, me dio mucho gusto que me consideraran en primer lugar, es un aspecto de parte de ALBA inigualable, no es que realmente yo buscara el ascenso, sino que se propuso de manera interna. Es lo que me gusta de ALBA, tu entras por tus habilidades y vas tomando el ritmo y al mismo tiempo puedes crecer.

Al cambiar de puesto, empezaron las dificultades, siempre trabajé proyectos en AutoCAD, jamás había utilizado REVIT, lo platiqué desde el primer momento con mi Jefe de célula y me comentó que nos iban a estar capacitando para mejorar y aprender todos en ALBA. Para mí fue una maravilla, porque en menos de un año estaba aprendiendo tantas cosas en la empresa. Es una oportunidad con un polo de aprendizaje, <<< sabemos que tú sabes, queremos que aprendas más>>>.

Una de las situaciones como primer obstáculo fue mi nivel académico; una de las tareas de recursos humanos es definir el puesto que se pone en el sitio web para la sección “Equipo”, al preguntarme, sabía que no había finalizado la carrera, que cuando me contrataron hablaron por mí mis capacidades, no solo el título al momento de solicitar el puesto. Sé que no se definía por terminar la licenciatura, pero aun así, fue cuando quise cambiar ese aspecto, por la gratitud de que en esta empresa merece que siga capacitándome.

Tenía que ser recíproco en esta oportunidad con mis compañeros de trabajo, que al finalizar el día, no los veo como competencia, o a mi jefe de área como tal, sino que, con el paso del tiempo, los veo como mis amigos, como mi familia, con quienes hacemos repentinas de la escuela todos los días. Sabemos que tenemos una entrega y nos organizamos para hacer y entregar nuestro trabajo, y lo mejor es que en el inter el ambiente es totalmente familiar.

Esos pequeños detalles familiares que se presentan en las jornadas difíciles donde tenemos que cumplir en situaciones críticas de entrega, se convirtieron en confianza y una relación íntima, desde cenar juntos o convivir en el proceso de entrega, hasta gestos de solidaridad. Por ejemplo el decir “yo no me voy hasta que termines tú”, y eso es algo que se valora y se aprecia en gran escala.

Juan José Pérez

Fue pasando el tiempo y aprendí que los tabúes que en ocasiones existen sobre las empresas, con respecto a las oportunidades personales, se pueden romper. En ALBA cambiaron mi perspectiva de ver las oportunidades laborales y la vida misma.

Una de las inquietudes que he vivido aquí en ALBA, fue la importancia de tener y de hacer las cosas que a ti te apasionan, no solo tienes que enfocarte todo el día en tu trabajo y que solo eres dibujante, arquitecto, ingeniero. Si no que hablando con otros colaboradores, allá afuera, todos tienen cosas que los hacen únicos, unos van a danza, a cantar, unos participan en podcasts, escriben en su propio blog, etc.

 El conocer este ambiente me incitó a pensar en cosas que me impulsarían a seguir adelante, el tener ese mismo impulso de hacer cosas nuevas, buscando lo mío, preguntarme ¿en qué soy bueno?, ¿qué cosas me llenan? aparte del trabajo, aparte de la arquitectura.

Todo esto dio inicio a esta nueva etapa de mi vida donde estoy planeando una empresa enfocada al diseño de interiores mediante la realización de pinturas y composiciones como parte de una retroalimentación de lo mío.

En este tiempo en ALBA he aprendido y me he inspirado! Les aconsejo a cada uno de los que leen esto a que aprendan y se cultiven. Si los demás pueden tú también. Tú impúlsate, tú anímate, busca inspiración en ellos y dale para adelante. Si tienes una corazonada déjala ser y deja que te maraville. Por mi experiencia en ALBA sé que se puede lograr.