No cargues en la maleta lo que no vayas a usar

Puedo decir orgullosamente que nací en el corazón de Sudamérica, en Bolivia, rodeada de nevados y en ciudades donde se camina a más de 4000msnm, en un país donde la vida pasa pausadamente. Cuando decidí estudiar ingeniería civil hace aproximadamente 10 años no habría ni empezado a imaginar el recorrido que me esperaba. Cursar la licenciatura en una de las universidades públicas de mayor tradición de mi país, me permitió conocer a maestros y compañeros de estudio que han, y aún hoy, siguen aportando muchos retos intelectuales y personales. Algunos de los docentes que tuve durante los primeros años de ingeniería, fomentaron mi ímpetu por el cambio, por compartir el conocimiento y retarse constantemente.

Desafortunadamente los programas de posgrado en el área de ingeniería estructural en Bolivia, carecen de fomento a la investigación y por lo mismo están enfocados a ser programas de medio tiempo con poca o nula posibilidad de intercambios internacionales. Razones por las cuales, concluyendo la licenciatura y con un ímpetu de cruzar fronteras, decidí cursar un programa de Maestría en México apoyada por una beca CONACyT, en la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco en la Ciudad de México.

México me recibió con los brazos abiertos, con sus colores, sabores y folklore, con una cultura tan similar y a la vez tan diferente a la mía, me permití dejar prejuicios, costumbres y adentrarme a conocer el país que me recibió por 4 años. El proceso de adaptación fue largo, y aún ahora, pueden sorprenderme cosas nuevas que aprendo de la diversidad cultural mexicana.

La Maestría en Ingeniería Estructural (PIE) dirigida por el Dr. Arturo Tena, fue una gran oportunidad para profundizar temas de análisis/diseño de estructuras, temas de ingeniería sísmica, introduciéndonos a la investigación y desarrollo de conocimiento. Durante los 2 años del programa tuve la oportunidad de conocer y trabajar junto a investigadores mexicanos de muy alto nivel, a la vez que tuve la oportunidad de conocer a personas que llegaron a ser fundamentales en mi vida.

El programa PIE, me brindó la oportunidad de desarrollar una tesis en el área de Riesgo Sísmico junto con el Dr. Hugón Juárez, que siempre tuvo la paciencia y cordialidad de tratar los temas de ingeniería con la misma facilidad como la pasión que compartimos por conocer más allá de nuestras fronteras. Terminando el programa e invitada por un gran amigo, llegué a Guadalajara a trabajar en Alba Proyecto Estructural, en un ambiente de trabajo siempre lleno de retos en donde se respiraba juventud, lo cual hacía, y aún puedo asegurar que hace, una diferencia al trabajar en el medio en que nos desarrollamos, entre altos y bajos, retándonos constantemente con la energía que nos caracteriza.

Pienso que las oportunidades de cambio se nos presentan a diario, y es parte de nuestra batalla constante el decidir si tomar un curso u otro, sabiendo que no hay respuesta correcta, sino sólo la responsabilidad que deriva una decisión. Fue así, que al transcurrir 4 años en México tuve la oportunidad de cambiar de rumbo e iniciar otra aventura, esta vez pude participar de un programa de becas patrocinado por la Unión Europea conocido como Erasmus Mundus cursando el programa SUSCOS (Sustainable Constructions Under Catasthrophic Events).

SUSCOS es un programa de maestría que fomenta la interacción de estudiantes de ingeniería civil alrededor del mundo junto con estudiantes europeos, con la finalidad de compartir y desarrollar el conocimiento en el área de diseño y construcción de estructuras, con un enfoque balanceado entre economía, impacto ambiental y aspectos sociales, impulsando las propiedades sustentables y competitivas de las estructuras de acero.

En mi generación, de un total de 18 estudiantes, llegamos a reunir representantes de 12 diferentes países cubriendo 4 continentes, llegamos a compartir muchas experiencias y viajes, dejando de lado las diferencias culturales y sobre todo las barreras del idioma, algunas veces envueltos en situaciones donde en un aula de clases podíamos escuchar a voces hasta 7 idiomas diferentes, todos hablando de ingeniería, común denominador en un mar de diferencias.

El programa estuvo dividido en tres módulos, dando especial énfasis en temas como la reducción de huella de carbono, estudios de ciclo de vida de edificios maximizando el uso de energía eficiente y la integración de energías renovables y tecnologías innovadoras en sistemas estructurales, un temario bastante extenso y novedoso. El programa tuvo la particularidad de colaborar con 6 universidades europeas diferentes: la Universidad de Liège (UG) en Bélgica, Universidad Técnica de Lulea (UL) en Suecia, la Universidad Técnica de Timisoara en Rumania, y particularmente la generación a la que pertenecí, tuvo lugar en estancias de 6 meses en: la Universidad de Coimbra (UC) en Coimbra, Portugal; la Universidad Técnica de Praga (CVUT) en Praga, República Checa y la Universidad Fedeico II en Nápoles, Italia.

La experiencia fue enriquecedora en varios aspectos, profesionalmente me permitió estudiar los avances en investigación en diferentes universidades europeas y dejar un poco de lado la tradición e influencia americana en el diseño de estructuras; culturalmente, fue un gran reto él cambiar durante 18 meses constantemente de país, de amigos y de idioma, pero la ganancia se multiplica al poder tener contactos de muchas partes del mundo, empezar a hablar más idiomas, conocer más y mejor diferentes culturas, y personalmente, permite a cualquier persona adquirir mucha más confianza propia e independencia.

Pienso que es fundamental que los jóvenes seamos capaces de retarnos, a desenvolvernos en diferentes situaciones socio-culturales, siendo esto clave en un mundo totalmente globalizado donde las fronteras ya no son una barrera.

Finalmente me queda fomentar e impulsar el intercambio de estudiantes alrededor del mundo, uno de mis objetivos es que más ingenieros/as de mi país puedan acceder a estos u otros programas que permitan el intercambio de talentos a nivel mundial. Las redes de conexión se forman cuando uno decide compartir el conocimiento, libre de prejuicios y sin mezquindad. Actualmente, impulso junto con la asociación Alumni de Erasmus Latinoamérica la difusión de varios programas de posgrado, experiencias que deben ser vividas, más que relatadas.

Eliana Inca fue diseñadora estructural de High Rise en ALBA. Es ingeniera civil por la UMSS de Cochabamba, Bolivia; tiene una maestría en ingeniería estructural por la UAM campus Azcapotzalco de la Ciudad de México y una maestría en Construcciones Sustentables (SUSCOS) por la Universidad Federico II e Nápoles, Italia. Actualmente es estudiante de Doctorado en Construcción Sustentable en el instituto ISISE de Portugal.